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LIMA-PERÚ: ¡MISIÓN CUMPLIDA!

9:07 Luna 0 Comments Category :

"Yo he sentido al pasar por este puente
silencioso propicio ensoñador
cual si fuera pasando lentamente
la página de un libro evocador
...
Y hoy que evoco sus penas y sus gozos
contemplándolo siento que ya van
los suspiros haciendose sollozos"
Juan Parra del Riego
Al principio todo fue muy sencillo y rápido, entre el aterrizaje, el “por favor permanezcan sentados”, el salir huyendo del avión, inmigración, el bienvenidos a Perú y la búsqueda de maletas no pasó tanto tiempo. Tal vez en términos literales sí lo fue, es más, debió ser así porque alguien perdió su equipaje. Sin embargo el tiempo no importaba en ese momento, naturalmente si importaría y mucho, después.
Para el momento en que salimos a respirar la primera brisa peruana, el sol ya no estaba, el cambio de clima fue tan evidente que nos dio de lleno en la cara. En lo alto de una estructura que parece entera de cristal se veía “Aeropuerto Jorge Chávez”. Abandonamos el aeropuerto mucho tiempo después de comentar nuestras impresiones y tomar las fotos desde todos los ángulos. Salimos a la noche para adentrarnos en la ciudad.

Debe ser porque me gusta la noche, pero había algo casi hipnótico en las noches de Lima, la ciudad está llena de luz, de gente que a pesar de la brisa eterna sale a caminar y a vivir las calles a veces solitarias de la ciudad.

Recuerdo un día en el que caminamos con el viento en contra, por tantos minutos que parecían horas. La vista por Miraflores hacía llevadero el frio, sin embargo todos seguíamos con las manos en los bolsillos preguntando casi en cada esquina por dónde íbamos, cuánto faltaba y siendo reconocidos como turistas por quienes nos daban respuesta. Esa fue más o menos la constante, conocer el nombre del destino final, el objetivo y sin embargo perderse en el camino, dar vueltas como locos y llegar al final. Pero la llegada era lo que hacía que valiera la pena. Valió la pena llegar al puente amarillo techado y ver a Lima al frente, muy hacia adelante y verla hacia abajo también. Se volvió una especie de juego, el no saber si de verdad estábamos en lo alto de la ciudad, o si nos encontrábamos abajo.

Dentro del Circuito Mágico del Agua, descubrí por qué tiene magia en su nombre, de verdad ocurrió. Volver a ser niños después de tantos años cargándonos de experiencias, es toda una hazaña. Lo olvidamos todo, por unos instantes no hubo responsabilidades, no hubo consecuencias, no había nada fuera del lugar. Por supuesto que las consecuencias existen y un guardia del establecimiento nos tuvo que recordar que el prado no debe ser pisado. Sin embargo ni siquiera eso pudo dañar el momento. Todo fue luz y agua.

Fue un viaje en grupo; temperamentos, personalidades y características distintas, sin embargo cuando algo quería empañar la armonía, Lima prestaba las luces, el frío para calmar los ánimos, y los acantilados para callar cualquier palabra que no fuera de admiración. Porque la verdad es que si la aduana no lo prohibiera, hubiese traído conmigo mucho más que fotos, hubiese traído sus acantilados, sus plazas y la calle de las pizzas.

Fueron días intensos, mañanas muy tempranas y llegadas muy tardías. Mañanas de compromisos y noches de conquista de la ciudad. Lima (la ciudad de los dos pisos como llegué a llamarla) daba los lugares y nosotros la alegría y las ganas de disfrutar al extremo.

Definitivamente la experiencia Lima fue memorable, una lección de varios kilómetros cuadrados. Nos acercamos más entre nosotros, conocimos algunas de sus universidades, su gente, su cultura, su historia. Fue un viaje de descubrimiento en el que lo desconocido no se encontraba solo allá en la ciudad, en el país extranjero. De alguna manera u otra todos llegamos donde queríamos, vivimos la oportunidad hasta el extremo, con sus torpezas y momentos no tan felices. Creo que fue precisamente eso, el vivir la experiencia grupal y revisar la individual, lo que hizo que la misión académica fuera todo un éxito.
Quedamos con la deuda de visitar Machu Pichu, tal vez un día espero no muy lejano pueda escribir una entrada sobre esa experiencia.
Plaza de Armas

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